Suscríbete a nuestro Boletín

Suscríbete aquí.

Recibirás contenido del Blog directamente en tu bandeja de entrada

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

woman in white shirt and red sun hat sitting on brown rock near body of water

Me voy fuera una temporada y he tardado en decidir que me llevaría en la maleta. Para facilitarme las cosas me hice una lista:

Un libro o dos siempre, por si no me gustan las vistas desde mi ventana, poder asomarme a otros mundos.

Un cuaderno y un bolígrafo por si lo que me apetece es inventármelo.

Un biquini de talle alto para disimular mis complejos donde nadie me conoce y otro pequeñito para lucir desvergüenzas, ante el guaperas reiterativo que instala su toalla siempre junto a la mía.

Solo bragas, para envalentonarme a hacer alarde de mi libertad femenina, aunque el movimiento involuntario incomode las conciencias.

Un poco del dinero de la hucha que hice para cambiar de coche y poder comprarme más tiempo en el paraíso.

Un móvil con poca batería y sin cable de carga, solo para decirle a mi madre que estoy comiendo bien y que viajar sola no es tan malo como ella cree. Que pena que estos aparatos no reciban el olor de los espetos o transmitan el sonido blanco de un amanecer.

Una cámara de fotos para guardar todo lo que no me quepa en las retinas y en la maleta.

Y, por último, y buscando un hueco dónde acomodarlo, el arraigo emocional que estoy trabajando. Pero como ya está a punto de reventar la cremallera, saco el móvil y le dejo el hueco por si de vuelta, me traigo un poco más vivida, un poco más sola y un poco más gorda.

Impactos: 98

Deja una respuesta