
Fuera de las paredes asépticas que la acogían, todo era gris. El sol más brillante, el cielo más azul, el verde más intenso. No sabía si eran las ventanas del centro o los cristales de su retina. La llamaban loca, pero ¿Qué es la locura?
Quizá no era ella la loca, sino vosotros, que la miráis con los ojos tristes, cuando los suyos sonríen. Vosotros enloquecéis buscando vivir libres. Ella no, ni siquiera necesita la libertad que vosotros poseéis y no apreciáis. Ella puede mirar afuera y ver la realidad de vuestro mundo, mientras vosotros miráis dentro del cristal que sostienen vuestras manos. Os coláis en su interior y no sabéis salir, hundidos en el abismo más oscuro.