IGUAL QUE UN GATO

Igual que un gato

Igual que un gato que sentado lo observa todo con sus ojos azules. Atento, se relame el pelaje gris y como ella, tiene una postura elegante y tierna al mismo tiempo.
El gato mueve despacio las orejas para que no se le escape ni el más leve susurro. Ella camina despacio por el filo de las cosas.
Lleva ya dos días esperando en el mundo de su balcón, con los ojos ciegos de buscarle desde lejos.
Espera una señal que le avise de que le has visto. De que tú también quieres calmar tus ganas con ella, y desearos a solas en algún rincón de su casa.

Nia.

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