DE LA MANO DEL MIEDO
Soy una mujer, a la que hace tiempo que se me aloja el corazón en la garganta y me noto los latidos en las sienes. Porque, sentir evaporarse la voluntad y quedarse de pie con los pies paralelos, sin dar el paso por el que te habías colocado donde estás, eso, si lo has sentido alguna vez, es miedo. Mirar por encima del hombro, hacia atrás, cuando parece que se oye a alguien caminar tras de ti, eso, también es miedo. Acelerar el paso cuando algún lumbreras decide lanzar un piropo que se nos clava en la espalda como un puñal, y quedarse con la cabeza perdida en pensamientos de ¿después del piropo que viene?, eso, también es miedo. Elegir el camino más largo, pero más transitado, miedo, coartarse a una misma, miedo. Pedir compañía para no ir sola, miedo. Que te toquen o rocen intencionadamente y sin permiso, también genera miedo y frustración, y rabia, y lágrimas. ¡Ya está bien! quiero dejar de sentirlo, quiero soltarle la mano al miedo que me acompaña siempre, QUIERO SER UNA MUJER LIBRE.
Nia.
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